Desde nuestros inicios en el mundo de la gastronomía y la restauración, La Cazuela de la Espartería ha tenido claro que una buena cocina pasa por dejar a quien la visita con el mejor sabor de boca, y ese broche final siempre va de manos de un buen postre.
Ciertamente, un restaurante o una taberna que se precie, debe disponer en su carta de buenos postres caseros que sean la culminación de unos platos que cuenten con las mejores materias primas y con recetas bien elaboradas.
Pero hoy dedicaremos estas líneas a ese final estelar, al postre. Para ello, desde la cocina tradicional de La Cazuela de la Espartería, ponemos a disposición de nuestros clientes una relación de los mismos elaborados de forma artesanal y con plena fidelidad a las recetas originales, para que sea como estar en casa.
Nuestra apuesta de hoy: Brownie y leche frita.
En esta ocasión centraremos nuestra apuesta estrella en dos postres absolutamente diferentes incluso hasta en su procedencia, pues el Brownie tiene origen norteamericano frente a la receta plenamente española de la Leche Frita.
El Brownie que elaboramos en La cazuela de la Espartería es absolutamente fiel a la receta original que data de finales del siglo XIX. Este postre debe su nombre al color marrón imperante (Brown) y surgió tras el olvido de un cocinero que dejó atrás la levadura de un bizcocho de chocolate que estaba elaborando.
A partir de ahí, esta modalidad de bizcocho lleno de trozos de nueces y una crujiente capa superior, ha dado la vuelta al mundo hasta llegar a los hogares, restaurantes y pastelerías de todo el planeta.
No desvelaremos nuestros pequeños trucos que han hecho de este postre una de las estrellas de nuestra carta, pero sí compartiremos que uno de los factores decisivos es utilizar un buen chocolate negro de primerísima calidad.
La Leche Frita por contra nos sitúa en los sabores plenamente españoles, esos que nos recuerdan y nos trasladan a la cocina de nuestras abuelas.
No es muy fiable la precisión de su procedencia, pues aunque todo parece indicar que tiene sus orígenes en la zona castellano-manchega, desde Galicia hasta muchas poblaciones de Andalucía, cuentan con este postre en sus recetarios más remotos.
La combinación, junto a otros tantos ingredientes no menos importantes, de la leche, el limón, el azúcar y la canela, será decisiva para dar el toque de sabor que tanto la caracteriza.
Uno de los grandes secretos del éxito de nuestra Leche Frita es el oportuno reposo en frío, y de la forma adecuada, de la mezcla durante las suficientes horas para dar la textura idónea que después nos servirá para hacerla porciones y freír con huevo y harina para el momento de su consumo.
Estamos absolutamente convencidos de que será tremendamente difícil elegir un postre de cuantos tenemos a su disposición desde la cocina tradicional de La Cazuela de la Espartería. Por eso, y para no quedarnos con las ganas, lo mejor es pedir unos cuantos de ellos…y a disfrutar.
Deja una respuesta