¿Por qué es tan común que nos pregunten eso de «vino o cerveza«? A veces parece que se tratase de una competición entre dos grupos claramente definidos dispuestos a estar eternamente enfrentados y en busca del título por el reconocimiento a la bebida alcohólica mejor y más recomendable.
En La Cazuela de La Espartería son ya muchos años de experiencia a la espalda y sabemos que el consumo de una u otra opción no es excluyente, es decir, nos pueden gustar ambos por igual. Pero hay algo que debe ser un denominador común, y es que siempre se sirvan marcas de máxima calidad y se consuma sin excesos.
La relación del cuidado de la salud con el consumo de vino o cerveza.
Una de las primeras preguntas que nos hacemos antes de decantarnos por vino o cerveza es: ¿Cuál de las dos engorda más?. En realidad estamos hablando de bebidas alcohólicas ambas y por tanto con un aporte calórico natural.
Cuando el consumo es moderado y esporádico resulta algo ridículo asociar el aumento de peso a la ingesta ocasional de cualquiera de las dos opciones.
Sin embargo en los casos de consumo además de diario bastante abundante conviene resaltar que el vino aun teniendo el doble de calorías, incide mucho menos que la cerveza en nuestros niveles de glucosa, por lo tanto el dato no está en lo que contiene sino en cómo lo procesamos. Ante esto, la cerveza y sus carbohidratos, tienen una mayor repercusión en el aumento del peso corporal y por tanto, ayuda a engordar más que el vino.
Pero cuando estudiamos la incidencia de vino o cerveza en nuestra salud, también hemos de valorar cómo pueden afectarnos en llegar a emborracharnos.
La graduación o el porcentaje de etanol contenido en la misma cantidad de una u otra convierte al vino en una bebida más peligrosa en ese aspecto pues frente a los 15º de media de este, nos encontramos con los 6º que contiene la cerveza.
Eso si, la cantidad de una u otra será decisiva a la hora de alcanzar un grado considerable de intoxicación etílica así como los riesgos de que esta práctica sea habitual sin moderación y se convierta en una adicción, en una enfermedad.
Pero, ¿Qué otros beneficios podemos encontrar en ambas bebidas?. Veamos cuales siempre asociados a un consumo moderado y bien medido.
- El vino es un antioxidante natural que está demostrado ayuda a controlar algunas cardiopatías y ayuda nos defiende ante algunos tipos de cáncer o enfermedades neurológicas. Aporta a nuestro organismo principalmente vitaminas del tipo B.
- La cerveza es una gran aliada de la producción natural de ácido fólico y contribuye al aporte de potasio y magnesio.
Dicho esto, lo mejor es disfrutar con moderación de vino o cerveza de gran calidad como la que ofrecemos a nuestros clientes en La Cazuela de La Espartería, acompañados siempre de los mejores platos. La combinación ideal para disfrutar de esos pequeños momentos que da la vida, y que al final, resultan ser los más grandes.
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